Una de las cosas que más me interesa de mi visita a Japón es conocer libros para niños. Antes de ayer tuvimos día libre en el seminario que dicto, así que salí de paseo con Mónica Fernández (ilustradora colombiana que vive en Tokyo) y su hijita. Fuimos a una biblioteca. Además de ver libros, nos dedicamos a los kamishibai, que los había a montones. Se trata de un arte milenario que consiste en contar historias en un pequeño escenario de madera, por medio de imágenes fijas. Detrás de cada ilustración está la historia, entonces una persona del otro lado la puede ir leyendo. Fue así que conocí el trabajo de Arai Riouji, un ilustrador que dibuja casi como un niño. Sus personajes son tan simples como expresivos. Tomé nota de algunos de sus libros. Fabuloso.
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