martes, 19 de noviembre de 2013

El día de brujas abrió las puertas de las casas y los niños que pedían caramelos sintieron el
aliento de las chimeneas. Daban ganas de entrar y acomodarse. En una de ellas una
señora de sonrisa grata repartía manotadas de dulces y muñequitos de plástico que habían
sobrado de una piñata de cumpleaños. Nadie lo notará, pensó.


No hay comentarios:

Publicar un comentario